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Arte Mohes Ig. @artemohes
PandemiGa
(Lo que la pandemia nos dejó)

por Marisa Pellejero

“Y cuando todo el mundo se iba/ y nos quedábamos los dos /entre vasos vacíos y ceniceros sucios (…) eras la que no se iba/porque una misma almohada/y una misma tibieza/iba a llamarnos otra vez /a despertar al nuevo día,/juntos, riendo, despeinados.”
Julio Cortázar – “Después de las fiestas"


Cuando un torbellino pasa, algo queda; quedan las migas, podríamos decir. Cuando algo pasa, algo nos deja; y nos reencontramos luego no sin ese algo más; es decir, ya no somos los mismos.

Abunda decir qué ha pasado y qué múltiples actividades y proyectos hemos llevado a cabo durante el año pasado; todos coincidimos en algo: tuvimos que reinventarnos, en nuestra vida particular y en la vida de la escuela. A la pregunta ¿Cómo hacemos con esto? Pusimos en juego, quien más quién menos, los recursos que no sabíamos que teníamos.

Esa figura –no sabíamos- me interesa rescatar. Aunque sí sabíamos, pero en ese lugar extraño que tiene el saber cuando no entra en la cuenta, del cual nosotros sabemos bastante… pero cuando sí entra, también sabemos que produce actos.

Muchas veces durante el año pasado en más de una actividad dijimos: “Estamos en el instante de ver, esto nos arrasó; ya vendrá el tiempo de comprender…” Quizás convenga hoy tomar el guante y empezar a esbozar algunos trazos.


El encierro que abre

Creo que paradójicamente a partir del confinamiento obligatorio, se produjo en la escuela una apertura. Apertura a otros lazos.

Si hay algo que caracteriza al psicoanálisis de los últimos tiempos al menos, es el riesgo de caer en una “endogamia”, es decir acentuar los lazos entre quienes sostenemos un discurso y cerrándonos a dialogar con otros discursos propulsando otros lazos.

Propongo pensar ese encierro que abre a partir de dos aperturas:
a) entre psicoanalistas
b) hacia afuera.

Respecto de la primera, el lazo entre los miembros de efla sufrió un vuelco que a mi modesto modo de ver tenemos que valorar; volvimos (porque en un inicio así fue) a escucharnos entre nosotros, pero de otra manera: advertimos los estilos, los cambios, los temas en los que andamos; y también el inequívoco valor de contar con los otros; esa presencia de esos otros hecha de ausencia en este caso, nos permitió habilitarnos cada vez.

En relación a la segunda, luego de un año de un cambio radical, podemos atrevernos a leer un avance y no un replegarse, como se hubiera esperado; no sólo por la posibilidad de llegar a muchísimos participantes en las actividades que en otro contexto no se hubieran acercado a la escuela; sino también la posibilidad de relacionarnos con instituciones y analistas con quienes reunirnos y escucharnos era más dificultoso.

Podríamos decir: la escuela tiene una presencia en espacios1 que antes no tenía, los ha conquistado.

Retomo en este punto lo que escribía hace casi un año cuando nos preguntábamos cómo seguir:

“Nosotros sabemos que lo real es lo imposible que surge a partir de un discurso; no es el virus, no es aquello que desde la realidad irrumpe, sino eso que queda perdido imposibilitado de acceder y que nos confronta con lo mismo.(…) Esta contingencia nos ha puesto a los analistas a hacer tambalear nuestras posibilidades y lo que teníamos como imposibilidades… Hago mías las palabras de Alain Badiou cuando pregunta: “¿Hay que aceptar como una ley de la razón que lo real exija en toda circunstancia una sumisión en vez de una invención?”2


Otro tiempo, antes del retorno

Tiempo de lectura, de parar a ver, pero también de seguir adelante. Ansiedad del regreso que puede dificultar cierto avance.

Como dice el poeta, “no hay sueño más grande en la vida que el sueño del regreso, que también es el camino imposible. No es posible regresar a ninguna parte. Los puntos de partida no se quedan quietos y a la vuelta ya no están (…) todo se mueve y no hay forma de detener el Universo. Créanme si les digo que nadie ha efectuado nunca jamás un verdadero regreso. El hombre que lo consiga cumplirá la hazaña más grande de la historia»3

Que esta ilusión del regreso sea entonces un retorno. Y retorno es una palabra más cercana al psicoanálisis; desde el ya mentado “retorno a Freud” propuesto por Lacan, como el más reciente “retorno a Lacan”.

Si bien “retorno” nos lleva indudablemente a la idea de un volver a una situación anterior, retroceder; no deja de fascinarme la etimología de las palabras y sus acepciones. Así, encontramos que retorno implica hacer un énfasis (re) en el cambiar (tornar) algo. O la acepción: “volver a torcer algo”.

Creo que en este sentido es que Lacan propone su retorno a Freud cuando dice: “El ideal bien clásico de todo tipo de idealizaciones de un retorno a las fuentes no es ciertamente lo que me aferraba. Repensar, ese es mi método.”4

Por eso podemos esperar que nuestro retorno tenga un sentido diferente de un regreso; así lo leemos también en Lacan:

“Nuestro retorno a Freud tiene un sentido muy diferente por referirse a la topología del sujeto, la cual sólo se elucida por una segunda vuelta sobre sí misma. Debe volver a decirse todo sobre otra faz […]”5

Por esta indicación topológica podemos estimar que se refiere a la banda de Moebius, donde “otra faz”, no es otra faz. La banda de Moebius tiene una sola, pero si uno escribe sobre ella, lo que se produce al cabo de una vuelta es una operación sobre el sentido.

Y sobretodo rescata la función de escribir –cada vez- algo nuevo:
“El sentido del retorno a Freud es mostrar lo que hay de decisivo en lo que Freud había descubierto (…) El inconsciente de Freud es la incidencia de algo completamente nuevo.6

Finalmente, si ese es el sentido que podemos rastrear en el significante “retorno”, retornar no puede implicar nunca un volver a un estado anterior, sino un ir hacia adelante.

Aún estamos en eso, aún somos presa de este tiempo ambiguo y raro que nos toca atravesar, ni confinados ni desparramados… Incertidumbres de la época que nos traerán nuevos trazos. Una lectura para empezar a comprender no implica que no nos preguntemos cómo nos encontrará en el futuro el tan esperado momento de concluír, ojalá sea como dice Cortázar: juntos, riendo y despeinados.

Marisa Pellejero
meipellejero@yahoo.com.ar

1 Tomo aquí la noción de espacio topológico, en el cual se tienen en cuenta la continuidad, vecindad, conectividad pero no la distancia como en los llamados espacios métricos.
2 Cf al escrito “Staying Alive” publicado en Moebiana nº 67, Abril 2020
3 Cf al cuento “Refutación del regreso” de Alejandro Dolina en Crónicas del Angel Gris
4 Jacques Lacan, Seminario XII, inédito
5 Jacques Lacan, “Apertura a la sección clínica” en Otros escritos
6 Jacques Lacan, “El triunfo de la Religión”