< Moebiana69 / Convocatoria
Estas líneas tienen una primera versión del mismo título, que deviene del texto que escribí para el Segundo Foro-debate que organizó en diciembre de 2020 el cartel de Publicaciones, llamado “Lenguaje inclusivo. Incomodidad que pone a hablar”. A pesar del cansancio que ya todes teníamos en esa época del año, acepté con gusto la invitación pues el tema me venía interrogando hace rato.
Cabe aclarar que mi interés sobre la temática del lenguaje inclusivo es personal pero también institucional, sobre todo desde que estuve como encargada de las redes sociales de la Escuela. De hecho, había armado un escrito para el foro desde estos dos lugares, pero me sorprendió gratamente al ver en el flyer de dicha actividad a Frida Kalho y me propuse incluirla.
Recuerdo que en la 1er Reunión Lacanoamericana que asistí, la de Montevideo, había un trabajo sobre Psicoanálisis y Frida Kahlo que la expositora no se presentó, la esperamos y no llegó. Dejó ese vacío por el cual el deseo siguiera circulando y buscando algo que lo enlace. Interpreté la ocasión de escribir para el foro, como una oportunidad para dar una vuelta posible al asunto pendiente.
Comienzo entonces por lo que denominé institucional. Desde que estuve encargada de las Redes Sociales de la escuela me interrogaba: cómo encabezar los enunciados? A quién nos dirigíamos al hablar/publicar? Por ejemplo: el lenguaje de facebook era “amigos”, pero ¿le hablábamos a amigos? A colegas? Con x, con a, con o?...
Luego en instagram el lenguaje era más visual, casi todo por imágenes, ya no “servían” los textos largos, había que recortarlos, pero los analistas trabajamos con la palabra, entonces cómo reducirla a una imagen? Qué quedaría por fuera?
Aun así, en el hacer mismo de la Escuela, se iba avanzando a contemplar esos “usos o requisitos” de las redes sociales, y por ejemplo, conjuntamente con la comisión directiva de ese momento, acordamos poner en los enunciados “amigos, amigas y colegas”, para encabezar las publicaciones.
Esta cuestión me sigue interrogando e insistiendo, aún hoy me pregunto, si desde la Escuela se hace lugar al discurso instituido por una aplicación y red social, por qué no haríamos eco de algo que urge en la sociedad y pugna por hacerse un lugar? Porque es político? Pero si hacemos lugar a la lógica del mercado, que es el discurso de las aplicaciones, eso no sería también algo político?
Y si no hacemos eco y seguimos con la “o” o lo masculino como “genérico”, no es ya una toma de posición? Me resuenan esas dudas y me da gusto que hayan espacios de trabajo y debate conjunto al respecto, entre los mismos miembros y participantes que hacemos la Escuela.
Enuncié que mi preocupación sobre el tema, comprende a la Escuela como institución psicoanalítica, donde nos formamos y enlazamos entre analistas, sobre cómo nos expresamos y desde qué lugar a la comunidad que nos sigue en las redes, en nuestros escritos y publicaciones; pero también en la clínica, sin la cual no habría psicoanálisis posible. Por esto, en el foro/debate mencioné dos pequeños extractos de análisis llevados a cabo con pacientes trans. Los cuales omitiré para resguardar la confidencialidad de los relatos de los pacientes.
Sólo me gustaría aclarar que el cómo se nombra cada analizante, cómo los nombramos y quieren hacerse nombrar en ese espacio, es sumamente significativo y singular, hace a una verdad subjetiva sobre la cual se puede arribar, al menos hasta el momento, o sobre la cual se permite interrogar, problematizar y desnaturalizar.
A su vez, en el título de este trabajo, la sumé a Frida, lo hice porque la lógica del psicoanálisis mismo no es binarista, es del 3, entonces cómo bordear algo de la escritura solo desde lo personal e institucional como lo había pensado inicialmente. Aparece el deseo cómo guía y articulador.
Pienso que la obra de Frida, el lenguaje inclusivo y el psicoanálisis comparten varios ejes: todes incomodan, incluyen la falta, hasta angustian, afectan de un modo que no se pasa desapercibido luego de tener contacto con alguno de éstos espacios. Muestran lo crudo, el real que en otras disciplinas tanto se trata de callar, negar o esconder. Pienso entonces que el horizonte sería agujerear lo normativo, hacer lugar a la falta para que el deseo circule, hacer lugar a la pregunta, al interrogante sobre lo rígido y naturalizado, sobre lo único y sobre las lógicas binarias. Hacer lugar a la emergencia del sujeto allí, el sujeto del inconciente.
Este camino creo que es el que se podría realizar tanto como analistas, quienes estemos interesados y como Escuela, ya que si apostamos a la palabra, cómo no decir algo al respecto? Creo que pueden haber cambios sutiles como la x o la e en generalizaciones de los enunciados, apostando no a borrar las diferencias, como creo que se piensa erróneamente a veces, entiendo que la inclusión es justamente el marcar la diferencia, la disidencia, lo no único, ni rígido, el todes desde el no todo.
Fernanda Artiñano Rivas
fartinianorivas@gmail.com
La Plata 24 de marzo de 2021.