< Moebiana70 / Prácticas de Escuela
Trabajo presentado el 15/10/21 en actividad organizada por el Seminario Freudiano de Bahía Blanca.
“Conversaciones: del quehacer del analista y los cuatro conceptos. El inconsciente”
A partir del disparador de la película El maquinista, intentaré elaborar una lectura posible acerca del quehacer del analista en relación a los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, centrándome en el inconsciente esta vez.
Esta obra colectiva del séptimo arte toma como recurso narrativo al suspenso, inicia con el protagonista Trevor Reznik deshaciéndose de un cuerpo. ¿De quién? El film introduce un enigma en la primera escena.
La pregunta que aparece a continuación y en un post it amarillo, who are you? podría traducirla como: ¿quién sos vos? El sonido de la película transmite incertidumbre. Las imágenes nos muestran a un protagonista que hace un año no duerme y que si adelgazara más, dejaría de existir. Trevor presenta un cuerpo extremadamente delgado, cadavérico, lava sus manos con lavandina, olvida pagar los servicios, deja generosas propinas, pasa los semáforos en rojo, se distrae al volante, queda detenido en un cruce de calles, se accidenta en el trabajo, accidenta a su compañero Miller. Como espectadora me preguntaba: ¿Qué mortifica a Trevor? Él no sabe qué le pasa. No es hasta el final de la película que llegamos a advertir en la resolución del ahorcado con el significante killer, una posible respuesta que faltaba a la pregunta inicial. Trevor arma el recuerdo: hace un año atropelló a un niño y se escapó.
El quehacer del analista y los cuatro conceptos fundamentales
Algunas resonancias: Construcciones en el análisis
Esta película articulada a la pregunta por el quehacer del analista, inspiró una nueva lectura del texto freudiano Construcciones en el análisis.1 En él Freud se pregunta:
¿Qué clase de materiales nos ofrece, aprovechando los cuales podemos conducirlo al camino por el que ha de reconquistar los recuerdos perdidos?
El protagonista recorre un camino en el que es movido a recordar algo vivenciado y olvidado. Freud refiere que un analista no ha vivenciado, ni debe recordar nada que interese, entonces se pregunta por la tarea del analista:
‘tiene que colegir lo olvidado desde los indicios que esto ha dejado tras sí; mejor dicho tiene que construirlo.’(pág. 260)
Freud compara esta labor con la de un arqueólogo, salvando las diferencias, se trata de la historia de un sujeto, con vida, entonces se pregunta cómo un analista comunicaría sus construcciones al analizado, cuándo lo haría y con qué elucidaciones. Estas preguntas clínicas se responderían en cada caso y en función de los efectos que produce esa comunicación, en la transferencia. Esos efectos a veces producen nuevo material a considerar, nos advierte Freud, ¿consuena con el inconsciente lacaniano?
Freud señala que ésta es una labor preliminar,
‘el analista da cima a una pieza de construcción y la comunica al analizado para que ejerza efecto sobre él; luego construye otra pieza a partir del nuevo material que afluye, procede con ella de la misma manera, y en esta alternancia sigue hasta el final.’
Aquí Freud distingue la construcción de la interpretación,
‘lo que uno emprende con un elemento singular del material: una ocurrencia, una operación fallida, etc.’ (pag 262)
Una construcción en el análisis posibilita la restitución de un fragmento de la biografía del sujeto. Trevor en la búsqueda de su verdad a medias, realiza un recorrido que podría ser análogo a las construcciones en el análisis.
Trevor es un lector, lee El idiota de Dostoyevski. En el álbum de fotos una inscripción dice ´he loves to read’ (él ama leer) y cuando resigna su contrato de alquiler, se puede ver una caja llena de libros. Me resulta interesante este detalle que refiere a los recursos simbólicos de Trevor, quien en un recorrido en el que se juega la vida llega a historizar lo que aconteció hace un año: atropelló a un niño y se fugó.
El inconsciente es un supuesto necesario y legítimo, se manifiesta en los sueños, actos fallidos, lapsus y los síntomas psíquicos. El inconsciente retorna y sabemos de él por sus formaciones, nos llegan desfiguradas, enigmáticas, desplazadas por las fuerzas que contrarían ese retorno. Su núcleo consiste en agencias representantes de pulsión que descargan su investidura en mociones de deseo.2
Es posible leer los recursos metafóricos que se ponen en juego en el recorrido ficcional por el Monster ride, o tren fantasma, en el cuál se pueden ver representaciones de recuerdos fragmentados, escindidos, que pueden ligarse en la escena en que el sujeto arma el recuerdo de la vivencia traumática.
Freud desarrolla en este texto, la analogía entre los mecanismos del sueño y las formaciones delirantes y alucinatorias, y cómo estas son análogas a las construcciones en el análisis en tanto intentos de explicar y restaurar lo desmentido en la realidad objetiva. (Pags 268-270)
Inconsciente lacaniano
Lacan dedicó un seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis para desarrollar los conceptos básicos para el analista y su trabajo con el inconsciente, supuesto teórico, inaprehensible para un analista sin su análisis personal.
Lacan sigue las huellas freudianas para reformular lo inconsciente, nos decía que a Freud lo impresionase en el sueño, el acto fallido, el aspecto de tropiezo bajo el que se presentan. Estos fenómenos operan como un imán para Freud y allí va a buscar el inconsciente. El inconsciente como fenómeno se nos aparece en la discontinuidad del discurso, algo se manifiesta como vacilación, se puede leer como división subjetiva, como pregunta, de donde vuelve a surgir un hallazgo en el que el sujeto se capta en algún punto inesperado. El inconsciente en la discontinuidad del discurso como lo no realizado, lo no nacido que sale a la luz un instante incorporando algo nuevo.
Plantea al inconsciente estructurado como un lenguaje. El sujeto se constituye en relación al significante, y por ende al inconsciente. Se pueden escuchar en los enunciados del analizante algo del orden de la enunciación, por ejemplo, una contradicción, una lógica-otra incomprensible, a interrogar desde una diferencia radical, uno por uno.
No se trata simplemente de hacer consciente lo inconsciente, sino que un analista apuesta al saber del analizante, al saber del inconsciente, de su propia división subjetiva y los fenómenos del inconsciente. A través del saber de lo inconsciente el analizante podrá enterarse de sus goces.
La posibilidad de un análisis
La ficción arma un personaje: Trevor, que no acude al médico después de un accidente, o mejor dicho, después de hacerse atropellar. Me pregunto en función del guión narrativo ¿éste sujeto iría a un análisis? ¿En qué momento lo haría? ¿En qué momento sería propicio un análisis?
Escenas que parecen imaginarias forman parte del relato del film. Un personaje imaginario: Ivan, aparece como real para Trevor, el protagonista. Después de estar involucrado en el accidente que Miller pierde un brazo en el trabajo, Ivan lo invita a tomar cerveza con la expresión ‘It's Miller time’, traduzco Es tiempo de Miller. La homonimia me hace pensar, ¿Tiempo de beber o tiempo de olvidar el nuevo accidente?
Ivan trabaja como ‘soldador’. Podría representar, ficcionar aquello insoportable para el sujeto, transgresor, una amenaza de muerte, un asesino. Ivan aparece solo en tomas de ‘cámaras subjetivas’, solo Trevor puede ver a Ivan. Los demás personajes no lo miran. Un analista escucha la palabra del analizante, como espectador de la ‘cámara subjetiva’ del analizante en transferencia, lo inconsciente se podría mostrar en acto en la escena imaginaria de la transferencia y un analista podrá advertirlo en la medida que realice una lectura de aquello que se produce o mejor dicho, se reproduce.
Un analista se presta a la transferencia con su deseo 3 en función, en abstinencia y neutralidad, vía atención flotante, para dirigir una cura en función de cierta hipótesis diagnóstica, que se realiza en transferencia, en el encuentro que propicie un análisis. Lacan define a la transferencia como la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente del analizante. El único inconsciente que cuenta es el del analizante. El analista con su presencia y contando con el deseo de analista, forma parte del concepto de inconsciente. Es desde allí que se presta a la interpretación.
Un analista puede disponerse a la búsqueda de aquello que desconoce, puede ofrecer un vacío, un espacio y un tiempo para una escucha, una mirada que propicie un lazo transferencial, para el despliegue de la palabra del analizante y sus goces.
Contamos con conceptos, formación teórica, con la experiencia del análisis y el análisis de control para construir un saber hacer con el material que trae o produce el analizante. Pienso este saber hacer siguiendo a Safouan como disponibilidad para aprender a aprender4 en la praxis clínica.
Una escritura posible
Hacer hablar a la obra es imposible, recorté cierta lectura de esta trama, no-toda, que podría generar nuevas lecturas y escrituras posibles, en diálogo con otros interlocutores que se vean causados por esta singular unión entre el cine, la clínica y la teoría psicoanalítica.
Agostina Miranda
psiagostinamiranda@gmail.com
Descargar
1 Freud Sigmund (1937) Construcciones en el análisis. Tomo XXIII. Ed. Amorrortu.
2 FREUD, S. (1915) “Lo Inconsciente”, en La Represión, Obras Completas, Vol.XIV. Edit. Amorrortu.
3 Moustapha Safouan plantea al deseo de analista como una nueva formación del inconsciente, se trabaja en el análisis del analista.
4 Safouan, Moustapha (1985) Jacques Lacan y la cuestión de la formación de los analistas. Ed. Paidós.