< Moebiana70 / Trabajo de Escuela

Espacio de Arte

por Aramburu Agustina, Gamaler Carolina, Hobler Ludmila, Miranda Agostina, Spagnolo Evangelina

“Cuando todo era nada, era nada el principio.
Él era el principio y de la noche hizo luz.
Y fue el Cielo, y esto que está aquí”
(Génesis - Vox Dei)

Si el tiempo es de concluir, ¿qué concluye para nosotras que recién estamos armando el espacio?
El tiempo es de armado, si pensamos en concluir se nos representa el tercer tiempo de la actividad realizada "la redistribución de las palabras" dónde algo concluyó.
El juego, el intercambio para dar lugar a una composición, otra, arte que en acto dialogó con el psicoanálisis. ¿Qué concluye del espacio si estamos iniciando…?
Pregunta que viene a abrir un tiempo de pensarnos en una continuidad discontinua: ¿Concluye un tiempo sin espacio o un espacio sin lugar? ¿Concluye un tiempo de obstáculo? ¿Dónde la fisura no tuvo lugar? ¿Qué sería aquello que no tuvo lugar? Pregunta que aloja en su seno a otra... ¿Qué aporta el arte a una escuela de psicoanálisis?

Final de Partida

“CLOV: (mirada fija, voz monocorde): Terminó, se terminó, va a terminar, quizá esté por terminar... Los granos se unen a los granos, uno a uno, y un día, de pronto, forman un montón, un pequeño montón, el imposible montón”
(Final de Partida - S Beckett)

A inicios del 2020 el espacio se encontraba a cargo de dos miembros, luego tres. Después dos, nuevamente tres… tres puntos suspensivos. Tiempo suspendido.

Al unísono y en consonancia con el distanciamiento social obligatorio el Espacio de Arte sufrió los efectos de la restricción. El distanciamiento era electivo, marcado por la imposibilidad de encuentro y en efecto de transferencia de trabajo. Elevando tal escena a condición de ficción se asemejaba a un recorte del universo de Beckett: el absurdo del desencuentro en los personajes se traducía en un sinsentido, no había causa. No había efecto. A finales de 2020, el Espacio se vacía. Queda un miembro a cargo y el trabajo a condición de promesa.

El 2021 inicia con una invitación a relanzar el deseo… En esta vuelta sobre el espacio, en la búsqueda de la historia que lo antecede y recae sobre sí mismo, nos encontramos al principio del ciclo siendo dos, luego tres. Y en ese pasaje del dos al tres acontecieron tres entrevistas con quienes consideramos que, acorde a las transferencias, sostenían la pregunta entre el arte y el psicoanálisis. Las entrevistadas fueron Laura Vellio, Mariana Pereyra y Silvana Tagliaferro; donaron tiempo, palabras y afecto para restituir la historia sobre el origen. Emergió así en acto, una vuelta a la figuración, la creatividad y el juego a través de los distintos jams que fueron efectuados íntegramente en una plataforma digital. El Espacio de Arte ya venía dejando de estar vinculado a “colgar cuadros” para iniciar una torsión hacia la superficie digital con imágenes, palabras y entrecruzamiento de discursos. El caos y el juego se entraman sembrando mundos posibles del mismo modo que las fantasías inconscientes sirven a la construcción de la ficción.
Brota, brota y alborota la vida 1, en el espacio digital. Nos servimos de esta frase efecto del trabajo co participativo para situar aquello que subversivamente nos confronta con volver al encuentro del vacío como motor único de la continuidad. En la fisura discontinua nos leemos para seguir escribiendo.

La re(dis)tribución

En la música, decir Jam, podría remitir a un grupo de personas con cierta afinidad que se reúnen para crear un ritmo. ¿Qué ritmo darle al espacio de arte en una escuela de psicoanálisis? Compartimos mediante Google un aplicativo que se llama Jamboard, en el que una pizarra blanca está disponible para intervenir. Podrán ver lo que se produjo en ese espacio digital, los compartimos en este momento.

El Espacio, como un Jamboard, se volvió disponible. Del tres pasamos al cinco. Disponibilidad, apertura, espacio digital, arte digital. ¿Hay una casilla del espacio de arte? Hagamos una.Así es que creamos un nuevo Espacio de Arte en el multiverso digital.

La re (dis) tribución de las palabras, como mencionamos, fue una primer actividad. Una muestra de fotos del artista Lisandro Amado, singular, íntima, interactiva. Una apuesta al diálogo del psicoanálisis con la obra, en tres tiempos. Un juego. Los medios digitales en esta actividad ampliaron el espacio: Mails, Zoom, Whatsapp, Facebook, Inshot, Instagram… Quedó pendiente un espacio en Youtube. Asimismo, intervenimos, junto a Comisión Directiva y Secretaria de Carteles, en las Fisuras en IX Jornadas de Carteles y Grupos de Investigación.

Nos preguntamos, también, si este recorrido consuena con movimientos ocurridos en la escuela en general. La tendencia a la apertura en el punto de mayor cierre efecto de la pandemia, produjo un arribo exogámico hacia la posibilidad del intercambio en diferentes direcciones. Proceso del que aún formamos parte. Interrogarnos por un adentro-afuera discursivo entre arte y psicoanálisis es un punto de resistencia? ¿Cómo continuar sosteniendo esta tensión?

Se nos ocurre situar estos cuatro puntos como arribos del espacio de arte, en la escuela, en el trabajo conjunto con Comisión Directiva, Secretaría de Comunicación Digital, Secretaria de carteles, Cartel de Publicaciones y un artista invitado en la apuesta a lo artístico como exogamia y como apertura, ambas tendientes al lazo entre el arte y el psicoanálisis, en los medios digitales, con un tiempo y un ritmo que se construyó en transferencia de trabajo desde distintos puntos de locación (reunidas desde La Plata, City Bell, Berazategui, Bahía Blanca, Saladillo), en sintonía. La apuesta radica en que vengan nuevos ritmos. Identificamos en el flyer de invitación a esta actividad que no contábamos con una referencia sobre el tiempo de finalización de nuestro espacio, detalle que elegimos leer como punto de continuidad en relación al deseo de trabajo.

Desde el Espacio de Arte abrimos un recorrido sobre un territorio común pero que se transforma cuando es revisitado y apropiado por otras miradas y en efecto, produce nuevas lecturas e intervenciones.
Lazo, unión, diferencias, diálogos en transferencia recíproca entre el discurso y las distintas disciplinas que configuran y reconfiguran el diverso universo artístico.
Así, observando activamente se da un comienzo otro esta vez. No fue a priori sino que fueron estos enunciados la superficie de la cual partimos. Partimos para Volver. Historizamos para investir el proyecto del espacio a futuro.

Cerramos hoy la apertura de un nuevo ciclo invitando a todos aquellos que sintiéndose causados por la falta del espacio quieran hacer de ella un deseo.

1 Palabras de Silvina Naveiro en la actividad de la re-dis-tribución de las palabras.




Secretaría de Carteles

por Alejandro Sigal y Rodrigo Echalecu

Qué decir en el Momento de Concluir de lo transitado este tiempo por esta función que es la de la Secretaría de Carteles, función que hemos tenido el agrado de compartir quienes leemos este informe, haciéndole lugar al diálogo y a la palabra en un marco productivo y de respeto.

En la Asamblea Ordinaria de Diciembre del año 2019, de elección de la Comisión Directiva y rotación por los lugares de la Escuela de los Carteles de Dirección y Secretarías, la Secretaría de Carteles quedó abierta con la inscripción del nombre de un solo integrante; luego podría inscribirse un integrante más. Cinco personas nos encontramos, de diferentes formas, interesadas en la función, y como el Estatuto de funcionamiento de la EFLA no permite más de dos, decidimos en un mismo acto armar un cartel por un lado, como respuesta a esto, quizá sintomática, que llamamos “Lecturas del cartel: Lógica y efectos” (Integrado por Claudia Luján, Virginia Nucciarone, Romina Scordino, Alejandro Sigal y Rodrigo Echalecu) e inscribir a la Secretaría de Carteles con dos integrantes, por otro.

Ese cartel sintomático, volviendo a la experiencia transitada, ha sido el eco de la Secretaría de Carteles: resonaron y trabajamos allí varias cuestiones relacionadas con la función de la secretaría. Cuando hablamos de la función hacemos referencia a la función psicoanalítica (como desarrollaremos en breve), que desde ya se entrecruza con la función institucional y administrativa.

¿De qué hablamos cuando hablamos de la función de la Secretaría de Carteles? En este punto fuimos una vez más a las letras que nos rigen, que son las del Estatuto de funcionamiento de la EFLA. ¿Qué encontramos allí?

“La Secretaría de Carteles tendrá por función propiciar el discurso que el dispositivo del cartel promueve, garantizará la inscripción de los carteles como carteles de escuela. Tomará registro del nombre del cartel, de sus integrantes, del más uno y de su disolución. Inscribirá los grupos de investigación y de trabajo. Brindará la información correspondiente a la CD, al Cartel de Entrada y Permanencia y al Cartel de Publicaciones para su difusión. Organizará las Jornadas de Carteles.

La secretaría estará conformada por dos miembros autopropuestos y convalidados en Asamblea Ordinaria junto al recambio de autoridades. Se renovarán los cargos cada dos años, con la posibilidad de que uno de los miembros pueda permanecer en la función no más de dos gestiones.” 1

Hemos venido discutiendo que acá está el tema más álgido y que le concierne al psicoanálisis: que la función de la Secretaría de Carteles no es una función meramente administrativa.

Haciendo pie en el Estatuto, para poder dar pasos, partimos de que se trata también de una función psicoanalítica, que es la de propiciar, hacer algo, para que el discurso que promueve el dispositivo de cartel pueda producirse; llevarlo a cabo y hacer transmisión de eso en las jornadas de carteles, entre los integrantes del cartel, los miembros y participantes de la escuela en su conjunto, y la comunidad psicoanalítica.

Eso nos hizo pensar bastante, a medida que fuimos haciendo la experiencia, si no sería pertinente y hasta conveniente en la escuela crear un dispositivo de cartel para llevar a cabo la función de la secretaría, ¿quizá un cartel de carteles que permita llevar a cabo una instancia de investigación de lo que se produce en la escuela? 2 ¿O sobre el dispositivo mismo? ¿Qué implicancias tendría la constitución de un cartel de carteles? ¿Podría ser una instancia de investigación de lo que se produce en la escuela?

La función más trabajada y sobre la que se ha producido bastante en las jornadas es la función más una, que permite la rotación discursiva del cartel, que no se fije el mismo en un eje discursivo y que se produzcan, más bien, efectos de discurso; es decir de agujero, que tornen posibles los cuartos de giro. Notamos como efecto que comenzamos, de la mano del Foro, hablando de la función más uno y eso fue virando hacia lo que fue surgiendo como función más una. Queda abierta así la articulación entre lógica de incompletud y femenina en el seno del cartel. En uno de los trabajos de las Jornadas de Carteles de 1975 de la Escuela Freudiana de París, artículo señalado especialmente por la más una del cartel “Lecturas del cartel: lógica y efectos”, aparece la función más uno como “una función latente, irisada 3 de feminidad” 4 … Algo que nos invita a seguir trabajando…

Superposición de dos funciones, la función fundamental de la Secretaría de Carteles es la de propiciar que se produzca y contribuya al discurso psicoanalítico…Tiene varias funciones la Secretaría de Carteles, pero la principal, entendemos, tiene que ver con esto último que hace referencia al discurso… Interroguemos: ¿Hay discurso del cartel? ¿Se trata de efectos de discurso que ponen en acto la falta, considerándola operativa en la formación de los analistas?

La Secretaría de Carteles deberá, a su vez, promover las condiciones para que ese discurso se propague a partir de inscribir a los carteles en su seno. Es uno de los 3 de la Escuela el cartel, figura en nuestra Acta de fundación y Estatuto de funcionamiento. Cuando entramos a la escuela se realiza un acto, aceptamos las letras que nos rigen y apostamos a hacerlas pasar por la experiencia de la castración. Así nos formamos como analistas. Y es de esperar que la Secretaría de Carteles reinvente esa función propiciando, cada vez, torsiones tóricas, es decir, agujereadas, que diseminen la producción hacia el discurso a partir del dispositivo del cartel, en este caso.

Hubo dos intervenciones claves durante la gestión:

Respecto de la primera intervención de la secretaría, lo que nombramos como Foro, dio lugar a un trabajo que abrió la cuestión respecto del lazo social entre los analistas… Porque uno de los temas cruciales del cartel es el de investigar el lazo social entre analistas en la tarea de formarnos.

Esa primera intervención consideró entonces ese eje. Invitamos a Cristina Borda, a Claudia Luján y a Laura Vellio. Con quienes participaron constituimos un Foro llamado “Cartel y Lazo social en la formación de los analistas”. Las compañeras trabajaron la función más uno, las diferencias entre un cartel y un grupo, y el cartel como órgano de base de una escuela de psicoanalistas”; contamos con esos trabajos y sus valiosos aportes que volvemos a agradecer. A partir del sintagma “Hacia las IX Jornadas…”, ese Foro se constituyó en el prefacio de las IX Jornadas de Carteles y Grupos que llevaríamos a cabo recién al año siguiente…

…La pandemia cayó sobre el inicio de la gestión y nos pareció que era un buen momento para apostar al cartel como refugio; allí donde no podíamos encontrarnos de otro modo por la situación sanitaria, relanzar a partir de ese real pandémico al cartel como dispositivo, como un modo de seguir enlazándonos entre nosotros y con el discurso y seguir haciendo trama en la transferencia de trabajo que se establece en el lazo social entre los analistas.

Convocatoria mediante a constituir carteles, comenzamos a hablar, a apelar a decires que hicieran resonar al cartel como dispositivo de escuela, diferenciándolo del pase y del seminario, que son los tres de la Escuela que convergen en nuestra Acta de fundación.

Apostamos a que se produzcan inscripciones de carteles nuevos en el ámbito de la secretaría. Y para nuestra sorpresa, se multiplicaron los carteles respecto de la gestión anterior; la coyuntura de la escuela y la pandemia se enlazaban. También estaban latiendo desde antes los carteles “pre-pandémicos” que necesitaban reunirse y arrojar sus producciones. Y una jornada de carteles a la espera, como parte del dispositivo del cartel, el que hace al momento de concluir, aunque después pueda establecerse una vuelta más y ese cartel pueda continuar algún tiempo trabajando.

Invitar y poner a hablar estos temas apelando como recurso al Foro fue una parte; la otra resultó de generar y propiciar acciones directas en vías de que se constituyan nuevos carteles. Tomamos así a cargo transmitir, renovar y relanzar una experiencia de hacía un tiempo en la escuela, la de los llamados Grupos de Articulación. ¿Qué es un grupo de Articulación? Articula con la escuela, articula el grupo al cartel, apunta a que a partir del pasaje por pequeños grupos (en no más de cinco encuentros) se articule un tema del psicoanálisis a la clínica. También apuntan a transmitir y articular allí la experiencia del hacer escuela, la del cartel, propiciando los articuladores intervenciones para que ese grupo se abra a la circulación de la función más uno, n+1, circunscribiendo el lugar vacío en la formación, el que permite la rotación discursiva.

Hemos tenido gratas y fructíferas experiencias, convocamos a algunas compañeras a que llevaran a cabo los grupos y “la función de articuladoras” (de hecho, la función “articuladora” surgió precisamente del intercambio con las compañeras). Un grupo se llamó “Discurso y Semblante: una articulación” y el otro “Lazo, cartel e identificación….”; volvemos a agradecer a Alejandra Di Núbila, a Laura Vellio, a Anabella Ottaviani y a Mariana Pereyra por haberse dispuesto a la iniciativa, asumiendo cada una el desafío y el compromiso con la tarea. Las convocamos considerando los temas que ellas venían trabajando en carteles en la escuela. Eso nos pareció esencial para proponerles que efectuaran la apuesta a la transmisión.

Esa experiencia devino en la constitución de un nuevo cartel. El pasaje del grupo de articulación a la constitución del cartel con más uno se produjo en un caso, se conformó el cartel bajo el nombre “Semblante: la autorización del analista”.

La política en juego ha sido la de relanzar y transmitir el dispositivo de cartel a partir de la palabra en la comunidad de experiencia, la de invitar a realizar la experiencia…

La segunda intervención fue la de realizar las IX Jornadas de Carteles y Grupos, otra de las funciones que destacamos como principales de la Secretaría de Carteles que figuran en el estatuto. ¿Para qué las jornadas de carteles?

Las Jornadas de carteles ponen a jugar la batería significante que resuena en la escuela, hay temas que se repiten, se producen decires novedosos en el entretejido, en las omisiones, en las contradicciones a que da lugar el lazo. Es ahí donde nos autorizamos a la lectura.

El trabajo hacia las jornadas fue intenso, convocamos a otros, a pares; a sus decires singulares, que es lo que se espera del producto del cartel: que sea a nombre propio. Trama del cartel, lazo social entre los analistas, transferencia de trabajo y traza, se articulaban.

Desde el inicio nos propusimos que las jornadas tuvieran como eje rector el poder alojar el trabajo de los carteles y grupos de la escuela. “Del dicho al hecho hay un trecho”; apostamos a recorrer ese trecho con otros: nos reunimos con carteles y grupos, para hablar y escucharnos, surgieron novedosas ideas de algunos compañeros que tomamos para las jornadas, convocamos al Espacio de Arte y a la Secretaría de Comunicación Digital para llevar adelante una puesta en forma de las jornadas (realizadas por primera vez de manera virtual), que permitieran las condiciones indispensables para el buen encuentro y el trabajo. Por otro lado consideramos la publicación de los trabajos de las jornadas bajo algún formato.

Y así fue, nos reunimos, hablamos, trabajamos, produjimos, pensamos juntos, consideramos los aportes y decires de cada uno. Allí la escuela cuenta con una reserva más, importante, en esas producciones.

Privados de compartir el espacio físico, en todos los intercambios que tuvimos apareció como una principal preocupación el tema del tiempo: ¿cómo y cuándo producir los tiempos para las jornadas? Tiempo de trabajos, tiempo de intercambio, tiempo de descanso. Tiempo de todos, convenido y respetado colectivamente; tiempo que, lógica de la castración mediante, pudo ser producido como tiempo para el trabajo de escuela. Y la Jornada salió impecable, y se pudo dar lugar a una vasta cantidad de trabajos y participación de los otros, prójimos. Volvemos a agradecer sobre todo a los carteles y grupos, a los miembros y participantes, a la Comisión Directiva por habernos permitido llevar a cabo las ideas, a la Secretaría de Comunicación Digital y al Espacio de Arte por sus aportes y la orientación a partir de sus experiencias… y por convidarnos con sus ideas, que tomamos entrecruzadas con las nuestras, para el despliegue de la tarea.

1 Estatuto de funcionamiento de la Efla, disponible en www.efla.com.ar/estructura.html
2 IX Jornadas de Carteles y Grupos de la Efla. Romina Scordino. Cartel “Lecturas del cartel. Lógica y efectos”. Año 2021.
31. adj. Que brilla o destella con colores semejantes a los del arco iris. (RAE)
4Jornadas de Carteles de la escuela Freudiana de Paría. Abril de 1975. Daniel Sibony. Pag.n7




Cartel de Publicaciones

por Maria José Colombo

Quiero agradecer:
A la Comisión Directiva que puso a andar la escuela en un momento muy difícil para todos. Por confiar en nuestro trabajo y propiciar un funcionamiento.
A las diseñadoras: Nadia en la Moebiana 67; Yanina y Vanesa en las siguientes, con quienes pudimos trabajar en forma muy cordial y ágil.
A Soledad, la editora, por la paciencia, la minuciosidad y el entusiasmo del trabajo editorial que emprendimos con el libro. Incluir su trabajo en la escuela es muy valioso.
A la Secretaría de comunicación digital, por su disponibilidad y por ofrecer una estética para la difusión de la revista y los flyers pesquisando la impronta que queríamos transmitir en cada invitación.
A los escritores de la escuela y a los invitados de otras instituciones que participaron con sus letras en las Moebianas; en los foros y en el último conversatorio sobre el estilo en la escritura.
Y también a todo el que compartió, preguntó, comentó cada creación que brotaba como producto del trabajo en la efla haciendo que siga circulando.

Lo que quiero compartir hoy es muy breve. Mucho de lo producido en este cartel queda escrito de las Moebianas y en el libro que ya está en etapa de edición.
Reuní entonces algunas ideas bajo el nombre de Pequeño inventario sobre una experiencia de Publicaciones en la Efla.
* (la publicación de este escrito es un extracto de la presentación)

Dos ideas:
Algunas cosas circulan y otras se me armaban entre la edición y la censura. Las pensaba como intrincadas... antes de esta experiencia me preguntaba si en Publicaciones habría censura; si sería por parte del cartel o si cada publicación pasaría por el filtro de la comisión directiva de turno que diría qué sería conveniente o qué no publicar en la Moebiana.
Creo que en todo lugar de publicación es conveniente contar con una función editora. En el caso de la escuela, antes de pasar por este trabajo, pensaba: ¿Qué cosa podría ser escrita por algún miembro de la escuela que no tenga estatuto de ser publicada en la Moebiana?
En este cartel no pasamos por la experiencia de que algo de lo recibido revista carácter de no ser publicado, que no pueda ser incluido por algún motivo.
Luego de una vuelta por este espacio puedo decir que “El trabajo editorial es distinto a la censura”. Hemos leído y considerado también la expresión cuidado editorial que, junto a la cuestión del estilo, nos guió en el curso de la tarea.

No todo error es fallido.
Fue más notorio encontrarlo en este cartel.
Al recibir los escritos, al leernos en el chat, en los ensayos que compartimos, en las letras que brotaban y se articulaban, había pifies, trastoques u omisiones que provocaron risas, preguntas o bien abrieron nuevas líneas de trabajo.
Muchas veces los analistas nos tornamos viciosos de leer errores en clave de fallido y eso además de ser abusivo, engrosa sentidos que no son.
Entonces, me llevo la advertencia: ante el error: más vale preguntar… “no todo error es fallido”

El último ítem del Pequeño inventario es en relación al deseo:
Muy pronto, en los primeros tiempos de emprender el trabajo nos topamos con un parate generalizado que frenó el empuje del inicio. Seguido: un apresuramiento. Más tarde otro freno. Y ahí, a partir de soltar un poco la mano, ensayamos otro inicio -más modesto-: un hilván de letras sobre lo disruptivo. Entre hilos y puntadas, se alzó el bordado de una pregunta: ¿qué lugar para el deseo?

Sobre publicar hoy puedo decir que no consiste en una grandilocuente empresa de hacer pasar algo. No. Requiere menos esfuerzo y no por eso resulta menos laborioso. Lo encontré a partir del motivo de publicar y en mí tuvo alcances más amplios: No se trata de enfocar la tarea en hacer pasar el deseo, sino de crear un modo para que el deseo siga su curso, más bien podría decir que la inventiva sería la de despejar obstáculos para dejar que el deseo siga rodando.

Dejé para concluir el agradecimiento más especial a mis compañeras de labor: Silvina, Cinthya, Anabella, Andrea y Ludmila. A ellas, el deseo, el amor y el goce las habita y creo que por eso el trabajo que hicimos juntas fue y es tan precioso y divertido.


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