< Moebiana72 / Convocatoria
En la escena de la obra que compone Degas podemos ver a dos personas e imaginar una historia. ¿Serán pareja? ¿pensarán en abrir la pareja? ¿Habrá diálogo? ¿Habrá amor? Me guiaré por algunas preguntas para el desarrollo de una escritura: ¿Cómo escucha una analista el bla bla bla del amor en la intención? ¿Cómo hace pasar de la intimidad de la intensión a la extensión lo que se dice del amor? ¿Cómo escucha una analista cuando a la consulta acude una pareja? ¿Cómo se define una pareja en psicoanálisis? ¿Es posible un análisis de pareja?
Lacan planteó que el analista es al menos dos, el que produce efectos y el que a esos efectos los teoriza. Una analista interrogada por la praxis clínica escribe a posteriori.
¿Cómo escucha una analista el bla bla bla del amor en la intensión?
Una analista se dispone a la escucha en abstinencia y neutralidad, sin intentar entender demasiado rápido, a alojar esa diferencia radical que nos separa y delimita cierto no saber del lado de la analista. Se dispone con el recurso de la atención flotante a la elaboración de preguntas clínicas que se pueden producir como efecto de una lectura in situ.
Algunas parejas consultan ante la opción de la apertura de la pareja, es decir, una forma de separación de la intimidad, que involucran acuerdos de encuentros de tipo ‘amorosos’ con ‘extranjeros’ a la pareja.
¿Cómo hace pasar de la intimidad de la intensión a la extensión lo que se dice del amor?
El relato no intenta operar como evidencia, ya que se trata de una verdad a medias que puede producirse en transferencia y la prioridad de sostener el secreto profesional. La literalidad del caso puede perderse. Intentaré componer una escena que permita hacer pasar la huella de un real, parte de una praxis clínica, lo acontecido en el breve tiempo que pude trabajar con una pareja.
¿Cómo escucha una analista cuando a la consulta acude una pareja?
La clínica es invención en tanto es una por una. Lacan nos trasmite, paradójicamente, que el psicoanálisis es intransmisible por lo que cada analista debe reinventarlo1. Nos servimos de la experiencia del análisis, del análisis de control, de la lectura con otros en espacios de interlocución con colegas, en transferencia de trabajo, como los que se producen en la EFLA.
Cuando acude una pareja a una analista, se aloja en su escucha un decir hecho de palabras para leer en términos de significantes, así como letra de goce que los habita. Una analista sigue la huella freudiana y lacaniana, pone sus esfuerzos en revalorizar este instrumento para los analistas, la palabra.2 Se alojan las palabras, se valoran las producciones del sujeto hablante o sujeto del inconsciente para propiciar de este modo su propia escucha, es decir, que la escucha no quede solo del lado de la analista. Se puede ir instalando la palabra como la vía mediante la cual se enteran de sus goces.
Ficciono una versión, María y Román asisten a su primera consulta. Como motivo inicial dicen ‘nos matamos’, frase en la que están de acuerdo, significado obvio para ellos que no asisten a un espacio de análisis individual. Palabras vacías para una analista que apenas los intenta conocer en una primera videollamada. ¿Qué significan para esta pareja? Resulta ser una expresión ambigua en tanto representa unión y separación: perderse en el otro o matar para vivir más allá del otro. Se mataban en la cama, se mataban en la vida. Sin pudores relatan sus escenas sexuales tanto como las de agresión cotidiana.
¿Cómo se define una pareja en psicoanálisis?
Llegan dos a la consulta, en el sentido coloquial del término dos, ya que dos por amor pueden ser uno, nos advierte Lacan.3 Entre ellos pareciera haber cierta indiferenciación. La agresividad entre ellos, los enojos, el destrato, el no soportarse, el herirse con palabras. La hipótesis de trabajo es que esa agresividad es un modo de responder a cierta posición superyó mitad en la pareja.4
Cuánto más deseante se encuentre el sujeto, menos lo atormentará el superyo. Podrá soportar mejor la diferencia.5
Una analista puede ir salvando las diferencias entre uno y otro. Se dialoga acerca de la potencia amorosa de las palabras, del desencuentro que sucede en las parejas y del malestar inherente a los lazos sociales. Hablando María y Roman se enteran de cómo se encuentran y se desencuentran en su pareja. El despliegue de la palabra propició la diferencia. El hablar operó como separación. La degradación, el rechazo y la desestimación del otro, operaban como anulación o invalidación del otro.
Ambos se definían como latentes al reto del otro. Lo singular de cada uno se volvía amenazante, imperativo u obligatorio y desalojaba completamente la diferencia subjetiva en la pareja con la posible consecuencia de una separación de hecho. Una separación de hecho para poder darse un lugar sin matar al otro en el intento. La opción de abrir la pareja e involucrarse amorosamente -no refiere a la transferencia- fue tenida en cuenta como modo de separación y evitación de la separación de hecho.
La apuesta de una analista es abrir espacio a lo diferente de cada uno sin que devenga imperativo, que se pueda relativizar al otro, hacer lugar a ambas singularidades. Que sea posible un modo de estar juntos separados, posibilitar una posición deseante en la pareja.
Las tensiones y el ‘nos matamos’ latente, cada tanto se hacía presente en el espacio de tratamiento. Fue necesario señalar que ellos querían y debían ocuparse de la pareja, a riesgo de que el tejido transferencial se rompiera, ya que de a poco iba quedando la expectativa de cierta resolución del lado de la analista en tanto algo del diálogo propiciado por el tratamiento producía efectos.
Ese señalamiento fue seguido de una lectura a tiempo: la apuesta fue abrir la pareja. Es decir, invitarlos a entrevistas por separado para hablar sin devaluar la palabra en amenazas sin consecuencias y hacerle lugar a la pregunta de cada uno por separado.
Se produce una apertura de la pareja en tanto consultan a una analista, relatan su intimidad, juntos. Que se pueda maniobrar para que esa apertura continúe en nuevas aperturas; una apuesta será la de la entrada en análisis uno por uno, en singular.
¿Es posible un análisis de pareja?
Cuando los sujetos hablantes consultan, una analista puede interrogarse ¿Será posible un análisis? Es algo que sabremos a posteriori.
En las entrevistas por separado, cada uno pudo dar cuenta de sus preguntas, de sus posiciones. Al escucharlos les propuse a cada uno, una entrevista siguiente juntos, de cierre..
Se escucha en María la expresión, Todavía no nos matamos: incorporó un adverbio y una negación, se pasa de un verbo en presente a una postergación. Román dice que les cuesta hablar, se escucha como la palabra se erotiza como fallida.
Las entrevistas pudieron operar como antesala a un posible análisis6 en María. Ella solicitó un turno para un espacio individual, al que iría con una serie de preguntas que logró recortar en el espacio compartido. Del espacio al que llegaron juntos hubo una salida separados. Juntos y separados.
Agostina Miranda
psiagostinamiranda@gmail.com
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1 Lacan en Conclusiones del XI Congreso de EFP el 6/9/1971.
2 Lacan, Jacques. Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
3 Lacan, J. Seminario XX. Versión crítica.
4 Rivadero Stella Maris (2022) Escucha psicoanalítica en las entrevistas de pareja y familia. Introducción a la clínica con pareja y familia. pág.30 Ed. Letra Viva
5 Amigo Silvia (2008) La autorización del sexo. El partenaire… ¿Surmoitié o causa de deseo? pág 208. Ed. Cascada de Letras.
6 Rivadero Stella Maris (2022) Escucha psicoanalítica en las entrevistas de pareja y familia. Introducción a la clínica con pareja y familia. pág 50.