< Moebiana72 / Convocatoria
Cuándo podrás amar
sin tantos complejos.
Para salir del tedio
Destapa algún sueño.2
A menudo escucho en el consultorio que el amor se presenta como una pregunta a la que los pacientes pretenden encontrar una respuesta. Ellos no se sienten amados, sus demandas no resuenan en el otro y entonces el amor se enuncia como una búsqueda entre las novelas y pesadillas que se instalan en la transferencia. Si a esto sumamos que el discurso capitalista influencia -cuando no determina- nuestro modo de vincularnos, la imagen es aún más compleja. Sobre las múltiples formas del amor se imprime la letra de la época, efecto de la ciencia y la tecnología. En los celulares e internet proliferan las diversas aplicaciones que construyen una nueva realidad que quiere tapar la soledad y el desencuentro. El imperativo del discurso capitalista propone: ¡Gozá! Y una respuesta anticipada e inmediata impide a los sujetos desplegar alguna pregunta en cuanto a su deseo. El tedio, el sentimiento de disgusto poblado de miedos, pone en escena una existencia desprovista de sentido. Los nuevos significantes de la época -“me gusta”, “eliminar”, “seguir”, “aceptar”, “bloquear”- empobrecen el lazo social y en el intercambio se despliegan escenas sin velo sobre el desborde pulsional. El tedio es la presencia de los desarreglos que impone la cultura, signo de una monotonía que martiriza al sujeto que busca restablecer un lazo pacificador a través de la palabra.
La lectura del Banquete de Platón y sus diálogos nos permite pensar la estructura del amor y sus entramados subjetivos. En la casa de Agatón, un grupo de hombres se reúne para hablar sobre el amor. Por orden, cada uno despliega sus conocimientos. Entre ellos, Alcibíades irrumpe. Acusa a Sócrates de guardar para sí el secreto fundamental acerca de la diferencia entre erastés y erómenos, amado y amante. Alcibíades demanda, dice que Sócrates no le dio signos de amor. Dice que lo suyo es puro encanto, que fascina con las palabras, y por eso lo quiere desenmascarar.
Lacan desarrolla el seminario sobre la transferencia entre 1960 y 1961, y tomando como referencia al Banquete de Platón propone pensar la particularidad del vínculo entre analista y analizante. Ubica allí la noción de “disparidad subjetiva” en el dispositivo analítico, concepto que cuestiona la noción de intersubjetividad y sostiene que en la transferencia no se trata de una relación entre sujetos. Lo que está en el trasfondo del vínculo transferencial, aclara, es la relación del sujeto a un objeto. En la transferencia está la cura psicoanalítica. Esto implica la construcción de un nuevo lazo, allí donde Freud postuló el principio de abstinencia.
El analizante (erastés) demanda interrogado por su padecimiento. No sabe lo que tiene. La demanda pone en juego el saber del lado del analista (erómenos). El saber tiene un lugar privilegiado en la dialéctica que se desarrolla en el Banquete. Lacan, en un retorno a Freud, formula que toda demanda es demanda de amor. El amor está en el centro del lazo transferencial, el analista tendrá como horizonte el ágalma del deseo, pagará con lo más íntimo de su ser. El ágalma en El Banquete designa en Sócrates el objeto inalcanzable del deseo de Alcibíades. En Sócrates encuentra ese objeto indefinible y precioso; él es un mero envoltorio que recubre y aloja al ágalma. Al mostrarse castrado, Alcibíades se coloca en una posición deseante, se produce el milagro del amor.
Amor, deseo y goce se anudan borromeanamente. En el centro el objeto a causa de deseo. El amor enmascara un núcleo pulsional, su función es la de “velo” de la falta. El amor, de alguna manera nos deja en falta, incompletos ya que no hay deseo sin falta. Es la época la que nos lleva a interrogar las relaciones de objeto. Las manifestaciones de la psicopatología cotidiana, presentan un sujeto inerme, aburrido o ansioso dando cuenta de un apagón deseante. El amor es una metáfora y el deseo es metonímico, impulsa un tour pulsional en torno a sus objetos, es a partir del significante y de la función fálica donde se anudan las condiciones para el vínculo de amor. El analista ofrece ese lugar para hacer pasar el goce por los desfiladeros del significante, la clínica muestra diferentes grados de un rechazo a la falta.
Sobre el eje de la transferencia amor, deseo y goce se enlazan al saber. Se instala el amor de transferencia cuando hay suposición de saber en el analista, operando éste como sujeto supuesto saber. El deseo de quién sostiene el proceso de la cura se juega como el deseo del analista. El engaño del amor es crucial y se encuentra en el meollo del suceder analítico, queda del lado del analizante. El analista no se engaña porque opera un deseo más fuerte en él, el de analista. El amor como significación es una metáfora, vela un secreto función de la falta. Lugar vacante, vaciado de su propio deseo como sujeto, posibilita no llenar el entre dos/intervalo (S1-S2) con su propia subjetividad. Sino que, al contrario, los propicia equivocando los significantes. Para salir del tedio, destapa algún sueño, allí donde el discurso capitalista, la ciencia y la tecnología excluyen al sujeto. El deseo del analista en la dirección de la cura deja vacante el intervalo. Permite que se aloje el deseo del paciente, que se despliegue la posición del sujeto del inconsciente sin obturar la división subjetiva para no ubicarse allí en la ilusión de completud. En consecuencia, el objeto será transferido al analista y hará semblante para operar en la transferencia. Esta es la dialéctica en la que el deseo del analista sostiene un vacío, una oportunidad para el despliegue de los decires, cuando podrás amar.
Tomás García
edtomasgarcia@gmail.com
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1 J. Lacan, El Seminario, libro 10: La angustia, Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 195
2 Letra y canción Cuando podrás amar de Germán Daffunchio, Tomás Sussmann. Disco ¿Para qué? Las Pelotas 1998.
Bibliografía
- Jacques Lacan Seminario VIII La transferencia. Buenos Aires. Paidós
- Jacques Lacan Seminario X La Angustia. Buenos Aires. Paidós
- Jacques Lacan Seminario XI Los cuatro conceptos fundamentales. Buenos Aires. Paidós
- Sigmund Freud “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia” (1914-1915) En obras Completas Tomo XII. Buenos Aires. Amorrortu.