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Pentagramas - Graciela Marta Alfonso
Sobre el amor, algo que decir

por Carolina Gamaler


Si el artista con su hacer artístico nos enseña y se nos adelanta, en las cuestiones del amor no es diferente. En relación al tema que nos convoca quiero citar algunas estrofas de composiciones musicales que van apareciendo en mi oído, a modo de asociación libre, en el tiempo que antecede a la escritura. “Usa el amor como un puente” componía Gustavo Cerati; “De qué sirve ser inmortal si no se puede morir de amor” o “El amor después del amor”, canción conocida de Fito Páez. Composiciones musicales que van iniciando el trayecto, que antecede la escritura, introduciendo algunas preguntas: ¿El amor es un medio? ¿Qué puede decir el psicoanálisis del amor? ¿Se puede vivir sin amor, el amor es condición?
De las puertas hacia adentro, en la intimidad del consultorio, en la escena ficcional del análisis, la analista presta su oído al relato de un sueño. Composición del inconsciente que nos recuerda que hay otro discurso en cada sujeto. En el sueño alguien hace una pregunta dirigida a la analizante. Quien le dirige la pregunta, en la vida diurna ha transitado un duelo amoroso, para luego encontrarse con otro amor y cambiar notablemente algunos rasgos que asombran a la analizante. Se ha transformado, el nuevo amor lo ha transformado en su apariencia. Él, quien ha cambiado frente a esta nueva relación, casi deviniendo otro, le confiesa en el sueño que tiene que hacerle una pregunta: “¿fue la pasividad de mi posición lo que provocó la pérdida?”. Ella quiere escuchar un poco más de esa interrogación a modo de confesión, pero la escena se interrumpe con la llegada de su partener. La pregunta que escucha interesadamente se detiene, y queriendo saber algo más de lo que allí se estaba pronunciando, el sueño también se detiene. El despertar es inminente en ese punto de lo que no puede decirse más, en aquello indecible del amor. ¿En su vertiente real? Su partener interrumpe en la escena onírica y en ese instante despierta, con ganas de seguir escuchando ( lo que allí se pronuncia). El despertar se produce allí donde el decir ya no puede oirse. ¿En la x del amor? La analista le pide asociaciones a la analizante y entonces con su voz quebrada se despliegan una serie de palabras, esta vez le cuesta asociar, ella no quiere agotar el saber sobre el amor. La analista interviene ofreciendo su falta ubicando que el amor es un enigma, y da paso al modo de un "puente" a otras asociaciones. Conmovida asocia que la pasividad de la posición amorosa la interroga, toca su propia posición frente a su partener, lazo de amor que porta una historia, han pasado varios años desde que están juntos.
En relación a quien le dirige la pregunta en el sueño, aparecen una serie de verbos con valor reflexivo “se compró… se cortó… se tatuó…" contando de la transformación, producto de la relación actual, desplazamiento de un lugar a otro. Había otro en él. ¿Pero habría otra en ella? Pregunta que el análisis posibilitó para luego transitar ese pasaje, desentrañando la trama dramática de los encuentros amorosos. Desplazamiento de un amor sufriente y estático a otro deseante. Deslizamiento desde la pasividad e incondicionalidad al amor con condiciones. De la demanda de amor al lugar de amante, inscribiendo una pérdida, contando la castración.
Alcibiades con su elogio nos desengaña, dice Lacan en el seminario de La transferencia, nos aleja de lo bello como lo que guía en la vía del deseo. Pasamos a otro registro que del discurso de Diotima que define al amor como una relación dual que captura lo esencial de lo bello en su finalidad. El ideal corre al sujeto deseante de la escena dejándolo “inmovil al costado del camino”. Dos perspectivas introduce Lacan sobre el amor, podríamos decir éticas. “Una ahoga, deriva enmascara, elude, sublima todo lo concreto de la experiencia en ese famosos ascenso hacia un bien supremo del que sorprende que todavía podamos conservar en el análisis vagos secretos insignificantes, con el nombre de oblatividad, esa especie de amar-en Dios, si puedo decir, que estaría en el fondo de toda relación amorosa. En la otra perspectiva,y la experiencia lo demuestra, todo gira en torno de este privilegio, de este punto único, que está constituído en algún lado por lo que no encontramos más que en un ser cuando amamos de verdad. Pero que es eso?. Justamente agalma, ese objeto que aprendimos a circunscribir en la experiencia analítica. Para finalizar comparto un poema de Antonio Machado. " Los Ojos"

I
Cuando murió su amada
pensó en hacerse viejo
en la mansión cerrada,
solo, con su memoria y el espejo
donde ella se miraba un claro día.
Como el oro en el arca del avaro,
pensó que no guardaría
todo un ayer en el espejo claro.
Ya el tiempo para él no correría.

II

Mas, pasado el primer aniversario,
¿Cómo eran ?preguntó?, pardos o negros,
sus ojos? ¿Glaucos?... ¿Grises?
¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?...

III

Salió a la calle un día
de primavera, y paseó en silencio
su doble luto, el corazón cerrado...
De una ventana en el sombrío hueco
vio unos ojos brillar. Bajó los suyos
y siguió su camino... ¡Como ésos!


Carolina Gamaler
carolina.gamaler@gmail.com


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