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Formulaciones en torno al lazo social entre analistas

por Mariana Pereyra


El contexto en el que fue presentado el escrito que comparto como versión publicable, Jornadas que llevaron por título “Transferencia de trabajo y lazo social entre analistas” realizada en el año 2021, momento, en la vida de la escuela de celebración al retornar las reuniones en forma presencial (tras el aislamiento dejado por la pandemia mundial que tuvo lugar a partir del año 2020) y ante la proximidad de un nuevo aniversario de la fundación de escuela. En ese momento cumplíamos 18 años.
Nos hacía falta la reunión, un acontecimiento que propiciara el trabajo con el plus de encontrarnos en un espacio al aire libre dado que todavía no se permitían reuniones en lugares cerrados por la circulación del covid.
¿Cuál sería la particularidad del lazo que se pone en juego entre analistas? Recortaba esa pregunta como disparadora de la mesa en la que intervine.
En principio afirmar que el lazo social no implica intersubjetividad, no alude a reunión de subjetividades.
Lacan despeja el abordaje de la transferencia de todo vínculo intersubjetivo y en su retorno a Freud ubica la transferencia como lazo inédito que viene a fundar y a operar en un análisis articulando tres términos: Sujeto supuesto saber implicando la apertura del inconsciente como hecho de discurso.
En este retorno a Freud, por la vía del campo que el descubrimiento del maestro inaugura, campo fundado en y por el lenguaje, Lacan lleva a cabo una sub-versión del inconsciente freudiano: inconsciente estructurado como un lenguaje cuyo efecto no será otro que el sujeto dividido por el significante.
Ubiquemos en principio que el término “Lazo social” en Lacan se fundamenta a partir de una lógica, ello nos sitúa en una perspectiva diferente a las consideraciones efectuadas por otras disciplinas como la sociología, la antropología y psicología.
“Lazo social” implica al discurso. Subrayemos que Lacan da una vuelta más, no solo considera al inconsciente como estructurado por el lenguaje sino que precisa al inconsciente como discurso puesto en acto en transferencia y lo formaliza en términos de movimientos discursivos.
Formaliza cuatro discursos a partir de sus cuadrópodos, estructuras lógicas de cuatro términos: sujeto barrado, S1, S2, a, y cuatro lugares: agente, verdad, el otro y la producción. De esta combinación y rotación en un cuarto de giro, emerge un modo particular de discurso.
Se tratará del inconsciente en tanto “eso” habla. “Yo, la verdad habla” nos dice Lacan, es el lapsus, el equívoco que da cuenta de las formaciones del inconsciente, entonces no habría formación de los analistas que no sea formación del inconsciente, ello nos reenvía al análisis del analista, al análisis en intensión.
Si no es posible la formación de los analistas sin lazo, ya que se trata del discurso como efecto y en transferencia, sea del análisis en intensión o de la extensión del psicoanálisis mismo (transmisión). Entonces será la escuela lugar de enlace que incluye a los otros en la imparidad pero a la vez reconociéndonos en la paridad de estar como analistas practicantes.
No hay formación de analistas en tanto transmisión de un saber universalizable a la manera de una formación universitaria, sino que se trata de una formación forjada en el análisis que podría llevar a alguien a ocupar ese lugar de semblant de objeto a-causa, según la formulación de Lacan.
La particularidad que comporta dicha función ya que no puede transmitirse en términos de saber, por lo tanto no es ni universalizable ni totalizante.
Lacan apuesta en su Proposición, una escuela como asentamiento que no solo dispense formación sino que aloje la formación de la que resulta un analista, a la vez, que dé razones de dicha formación.
Allí nos advierte, incluso tomando la experiencia freudiana, de lo real en lo que se fundan las sociedades de psicoanalistas existentes, lo que podría llevar a lo peor, al señalar que Freud mismo asumió el riesgo de cierta detención al fundar una sociedad como refugio posible para la transmisión de la praxis psicoanalítica.
Esta tensión inmanente al lazo entre analista, lo plantea en torno a la distinción entre grados y jerarquías, propone una salida en términos topológicos. Salir del atolladero de quedar detenido por la estructura que todo agrupamiento humano conlleva: el problema de las jerarquías que reinan en las sociedades establecidas.
Con lo cual, nos remite al punto nodal del lazo social “entre” analistas. Si sustituimos el término “entre” por el de “empalme” entre el análisis de intensión y la extensión.
Es preciso señalar algunas cuestiones en torno a estos dos términos: Intensión y extensión, su extracción del campo de la lógica y la semántica. Extensión designa la serie de objetos que caen bajo un concepto, es decir su referencia, su denotación (Frege utiliza el término Bedeutung). Por ejemplo el término “argentinos” la extensión del concepto, sería la clase de los argentinos. Aquí una primera cuestión ¿cuál sería la extensión del término “psicoanalista”? Plantea un problema inherente a la lógica de clase.
En cambio, la intensión designa la comprensión o contenido de un concepto, su connotación (Frege nos dice que es el sentido, el Sinn). El ejemplo clásico dado por Frege, los predicados "la estrella matutina" y "la “estrella vespertina", tienen intensión distinta (Sinn, sentidos diversos) pero tienen la misma extensión (Bedeutung, el mismo referente), la estrella Venus.
¿Cómo ubicar la extensión en psicoanálisis precisamente si no hay la clase de los analistas en tanto conjunto universal pues un analista, surge de su análisis? Hay analistas, uno a uno. La necesidad (lógica) de partir del uno en uno de cada analista, pues no es posible la extensión en un referente universal, al mismo tiempo que da existencia a una escuela, por este empalme, haciendo continuidad entre la intensión y la extensión.
Cito a Lacan en La Proposición del 9 de Octubre de 1967 “conforme a la topología del plano proyectivo en el horizonte mismo del psicoanálisis en extensión donde se anuda el círculo interior que trazamos como hiancia del psicoanálisis en intención1.
Se sirve del plano proyectivo (remito su lectura en seminario de la Lógica del fantasma) pues le permite el franqueamiento de la extensión a la intensión, mediante esa línea imaginaria que instaura un cambio de la superficie: constituyendo el círculo interior.
De este modo franquea el problema de la intensión-extensión que radica en la imposibilidad de hacer la clase de los analistas. Salir del problema que plantea el fin de análisis establecido por los post freudianos en tanto identificación al analista.
El horizonte en la extensión reside en la transmisión del psicoanálisis mismo, el diálogo con otras disciplinas, sus múltiples referencias, lo que hace un analista practicante en una escuela y que estará empalmado al efecto del recorrido en su propio análisis (intensión).

pereyramar_a@yahoo.com.ar

1Lacan, J. Proposición del 9 de Octubre de 1967, en Otros Escritos. Ed. Paidós. Primera impresión 2012. Traducción de Graciela Esperanza y Otros. Pag. 274.